¿8 vasos de agua y listo? Es un mito sobre la hidratación, rompemos otros mitos para que tu salud no sufra por la falta de hidratación.
Hay un buen número de mitos de hidratación que giran por ahí. (El más importante es beber ocho vasos de agua al día, pero llegaremos a eso más adelante). La hidratación es mucho más que el H20. La hidratación es sobre sodio, potasio, sudor y orina. Tampoco se trata solo de lo que bebes, sino de lo que comes.
Pero solo porque la hidratación como concepto suene complicado no significa que la hidratación como práctica no sea fácil. Evita estos mitos de hidratación y calibra este balance correctamente, y aumentarás tu salud.
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MITO SOBRE LA HIDRATACIÓN NÚMERO UNO: TU HIDRATACIÓN SÓLO ES POR AGUA
Tu balance de hidratación depende de la cantidad de sudor, tu dieta, la elevación y hasta la humedad. “Una dieta saludable proporciona alrededor del 20 por ciento de la ingesta de líquidos”, dice Kim Schwabenbauer, un entrenador de triatlón de EE. UU.
Ve por la sandía, la toronja, el pepino, el brócoli, las manzanas y las uvas como bocadillos para aumentar tu consumo de líquidos o naturalmente, condimenta tu agua con bayas, limón, kiwi, piñas o naranjas. Los estudios demuestran que si tus líquidos tienen sabor, beberás más.
MITO SOBRE LA HIDRATACIÓN NÚMERO DOS: PUEDES SER SANO SIN UNA BUENA HIDRATACIÓN
Incluso una deshidratación menor puede afectar el rendimiento físico y cognitivo, así como la salud en general.
Imagina que tus células nadan alegremente en una alberca, inundadas de una gran cantidad de líquido. La deshidratación reduce la cantidad de líquido que circula en el torrente sanguíneo. Esto hace que tu corazón trabaje más, limita la capacidad de tu cuerpo para enfriarse y fatiga prematuramente tus músculos.
Tu sangre se vuelve más viscosa, más gruesa, más pegajosa, más concentrada. Así que no te olvides de la hidratación. Presta atención.
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MITO SOBRE LA HIDRATACIÓN NÚMERO TRES: MIENTRAS EVITES LA COMIDA SALADA, ESTÁS BIEN
El sodio no es malo, necesitas el nutriente para sobrevivir, y tu cuerpo no puede producirlo por sí solo. Este electrolito contribuye al volumen de la sangre y, si está activo, es algo importante. Mantener el volumen normal de sangre ayuda a tu piel a disipar el calor, a absorber los nutrientes y a suministrar oxígeno a los músculos que trabajan arduamente, incluido el corazón.
El sodio es el mineral perdido en la mayor cantidad de sudor y orina, y su reemplazo es esencial para una hidratación adecuada. ¿Entonces cuánto es demasiado? Es complicado…
¿QUÉ PIERDES CUANDO SUDAS?
- 1 a 2% de pérdida de agua corporal = función aeróbica deteriorada; Capacidad de trabajo físico disminuida.
- 2% de pérdida de agua corporal = Sed, aumento del ritmo cardíaco, irritabilidad.
- 4% de pérdida de agua corporal = La presión arterial disminuye, lo que aumenta el riesgo de desmayos. La sudoración se detiene, aumentando el riesgo de sobrecalentamiento.
- 7% de pérdida de agua corporal = Ralentización de la sangre; puede causar daño a los órganos.
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MITO SOBRE LA HIDRATACIÓN NUMERO 4: LOS PLÁTANOS SON GENIALES PARA LOS CALAMBRES
Es cierto, pero no hay nada mágico en los plátanos. El potasio en los plátanos puede ser clave. El potasio, otro electrolito, ayuda a atenuar los efectos del sodio y, con la ayuda de sus riñones, lo elimina de tu cuerpo.
Piensa en sodio y potasio en lados opuestos de un balancín, trabajando para equilibrarse entre sí para lograr una hidratación adecuada.
La mayoría de las personas consumen alrededor de la mitad de los 4.700 miligramos recomendados de potasio por día, dice Megan Meyer, de la Fundación del Consejo Internacional de Información Alimentaria. El desequilibrio también puede afectar la presión arterial y las contracciones del corazón.
MITO SONRE LA HIDRATACIÓN NÚMERO 5: SÓLO NECESITAS 8 VASOS DE AGUA AL DÍA
Eso es como decir que todos necesitan comer 2.800 calorías al día. (No es del todo cierto). Dependiendo del peso corporal, el nivel de actividad y la temperatura, sus necesidades diarias de líquidos pueden variar desde dos cuartos a más de seis cuartos por día.
En los días en que no hagas ejercicio, evalúa tu orina. Tu orina debe verse más como limonada que agua o jugo de manzana. La orina oscura a menudo refleja deshidratación.
En los días en que hagas ejercicio, pésate antes y después del ejercicio. Por cada 450 gramos de peso que perdiste, deberás beber de 2 1/2 a 3 tazas de líquido para restablecer el equilibrio.
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