
La rótula, también conocida como patela, es un hueso sesamoideo ubicado en la rodilla. Junto con el fémur y la tibia, la rótula completa la estructura de la rodilla. Este hueso es la principal conexión entre el tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano. Esta conexión permite que la rodilla pueda articular movimientos concretos sin mucho esfuerzo. El principal movimiento que la rótula efectúa es el de flexoextensión, es decir, permite que la pierna se flexione y pueda desdoblarse.
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Funciones de la rótula
Se le atribuye una doble función a la rótula además de permitir la flexoextensión de la rodilla. La primera función es la de proteger el tendón del cuádriceps, ya que se desarrolla como un sesamoideo gigante. La segunda función de la rótula es que ayuda a corregir el ángulo de tracción del cuádriceps, haciendo que la tracción muscular sea vertical sobre la tibia.
En general, la rótula permite que los músculos de la rodilla se doblen y enderecen de manera voluntaria. También sirve para proteger los tejidos y otros huesos que se encuentran en la rodilla.
Composición de la rótula
La rótula está formada por dos caras, una anterior y una posterior. La cara anterior adopta una forma convexa que sirve como polea para los tendones del rotuliano y el cuádriceps. Por su parte, la cara posterior se divide en dos aspectos: interno y externo. Esta cara se encuentra orientada hacia el interior de la articulación. Ambos aspectos están relacionados con los cóndilos femorales.
Fractura de rótula
De acuerdo con la Asociación de Trauma Ortopédico (OTA por sus siglas en inglés), se han clasificado en tres grupos los tipos de fractura que puede sufrir una rótula.
- Fractura extraarticular: ocurre cuando el mecanismo extensor se lesiona.
- Fractura intraarticular parcial: se le denomina así a la fractura donde el mecanismo extenso se encuentra intacto.
- Fractura articular completa: es cuando existe una ruptura total del mecanismo extensor.
Causas de una lesión en la rótula
Las causas de una lesión o fractura en la rótula se deben a la aplicación de fuerzas directas e indirectas sobre el hueso. Un ejemplo de lesión indirecta es la caída desde una altura lo suficientemente elevada para causar un daño en la rótula. Por su parte, las lesiones con aplicación de fuerza directa se refieren, por ejemplo, a los accidentes de tráfico.
De igual modo, existen lesiones provocadas por estrés y fatiga, las cuales se refieren a una aplicación continua de fuerza sobre el hueso, lo que ocasiona microfisuras. Al acumular distintas microfisuras se puede provocar una ruptura parcial del hueso. Este tipo de lesiones son más comunes en deportistas y personas que practican ejercicios de alto impacto.
Originaria de Venezuela, Sascha Barboza es una de las autoridades en materia de fitness como estilo de vida. Es entrenadora personal certificada por la ISSA (International Sports Sciences Association), mamá, autora de libros y tiene su propia línea de suplementos alimenticios.